POR: UNGA
Conocí leí, disfruté, actué algunas pastorelas durante mi vida académica. Del Latín y el Griego brincaron muchos recuerdos pícaros. De la calle recogí este fragmento. De las calles cuatricentenarias de Santa Bárbara:
Satanás.- ¡Quita tu pata Miguel, no ves que me revientas!
Miguel.- ¡No te la quito cabrón hasta que te arrepientas!
Satanás.- ¡Vencites, Miguel, vencites!
con tu refulgente espada,
y ahora que ya me jodites,
vete mucho a la chingada.
Miguel.- ¡Oh pinche vato culero
mamón de nasencia y grillo
Si no te limpias el trasero
Se te va a pudrir el jundillo!.
Total, una vida sin reflexión no merece vivirse.